Pero la gente le cuesta entender, qué sucede cuándo hay un tribunal tras éstas.
Mi mamá es un tema delicado, ella escarba cada vez que puede, en cada trago de alcohol que avista en mi garganta y cada vez más que ve que mi risa afloja en mi cara, evidenciando que podré soltar una verdad más.
Pero las noches siempre terminan igual. Ella interrogándome acerca de qué tan difícil fue y debatiendo que nada se compara a lo que vivió.
Haciéndome sentir insensible, un ser humano frío y calculador (anteriormente de 11 años) que no hizo nada para acercarnos, minimizando mi dolor, como apretando mis cicatrices para que parezcan pequeños rasguños frente a sus heridas.
A pesar de que jamás he esperado un premio o un galardón, ahora entiendo que es necesario saber que ella nunca va a agradecer que me halla echo cargo de su hija y haya logrado que tenga salud mental para soportar vivir todos los días de su vida luego de haber evidenciado lo ocurrido, enfrentado la realidad y aprendido a ser una mujer integral, a pesar de sus dificultades cognitivas. Antes no me importaba nada, sentía que me merecía nada, pero ahora al menos soy capaz de apreciar lo que hice.
Que mi hermana sea una mujer fuerte para enfrentar la realidad, y no sólo gracias a ella.
Me olvido cada ciertos meses del diagnóstico del doctor… dicen que suele pasar con seres queridos…
Gracias a una fuerza natural, yo también estoy aquí, fuerte.
Y seguiré por mi hermana y mi mamá.
Pero jamás olvidaré la mujer que me hice ser, por más que ella misma me haga dudar.
Y seguiré por mi hermana y mi mamá.
Pero jamás olvidaré la mujer que me hice ser, por más que ella misma me haga dudar.
