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7.11.12






No somos amos ni tesoros. Y cuando lo somos, somos miedos. Somos un manojo de miedos.

Mientras más queremos algo a nuestro lado, es más grande la idea de la despedida. Conscientizamos el momento de que esa persona se vaya y terminamos por concertarla.

Hay personas que se pasan la Vida entera deseando que les demuestren que jamás se irán de sus lados, y sin embargo la seguridad jamás estuvo más lejos.

La libertad no consiste en hacer lo que queramos de los sentimientos de otra persona, o jugar a nuestro antojo sus decisiones a fin de que nos despejen el camino.
Libertad es de nuestros propios fantasmas y miedos, entender que sí dejamos a alguien libre y lo queremos lo suficiente como para esperar y confiar de sus decisiones, se quedara lo que dure el presente alegre y que nuestro momento infinito de seguridad y estabilidad no tiene que ver con buscar más allá de nuestras manos (de cada uno) y es ahora.

fisgonéando desde

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