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5.4.14

Ecos.

Somos islas...
Pero ¿Quién dice que queremos serlo?

Hace mucho que no escribo aquí, pero este no es momento para escribir por qué.
Ahora estaba reflexionando la soledad, rodeada de personas... Pero esa soledad linda, no la subestimada que te denigra a ser derivado de la sociedad...

Sí, existe una soledad mejor.
Si bien, nos aislamos por una razón (frecuentemente negativa), en el camino vamos sanando algunas heridas y llenando algunas preguntas que teníamos acerca de nosotros mismos.
Nos alejamos de nuestros amigos, quienes quieren ser más que amigos, de nuestra familia, de todo...
Pero tiene algo lindo...

Así como cuando vamos solos, nos agachamos para recoger una moneda pa' la suerte, o una hojita que llamó nuestra atención (y captó nuestra esencia), vamos recogiendo personas desconocidas. Rostros que podrían haber vivido mil y una vidas sin saber que en algún segundo se cruzarían con una particular existencia como la tuya, que va divagando de vagón en vagón, y deambula silenciosa por la madrugada en las calles de la capital.

Vamos recogiendo rostros atónitos, que prontamente se convierten en medianamente familiares. Conversaciones, en ellas reinventandonos para descubrir un poquito más de nosotros, y amenos momentos. Tallas, canciones, fiestas, silencios, sonrisas, confidencias.
Y lo más rico de todo, es que ellas se llevan una parte de ti que jamás volverás a ver más que en tus recuerdos. Nadie recordará lo estúpido que te comportaste luego de una borrachera, o lo íntimo y conectados que podemos llegar a ser con nuestra alma, o la vida.

Ellas se lo llevan, como un souvenir inservible (porque sabes que no los volverás a ver), como un juguete encontrado de la década anterior y que sólo volverán a ver para repasar sus experiencias.
Tú no eres una de ellas, ellos no son de ti.


fisgonéando desde

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