El tiempo y el lugar se borran cuando son...
pero aún así siente la necesidad de salir corriendo como una pequeña niña asustada (y no encuentra dónde esconderse)
Porque la desnuda con los ojos y queda indefensa, sonrojada y se le olvidan las palabras, no sabe como hablar.
Tiene miedo y quiere saber si vale la pena el riesgo. Volar-caer.
Quizás es buena idea evitar, tomar un desvío para no toparse con la ya acostumbrada cara-música-despeinada... y va a ser bueno.
Quizás percibe el peligro... de un alma viniendo a perturbar y ha irse (usualmente) para seguir en su propia sintonía de notas (llamada Vida).
Quizás los dos están igual, son seres evidentemente similares en mucho más que el adn... (cómo si en otra vida...) y ella sabe que ella vale la pena, y quiere lanzarse a ciegas... porque el viaje, y un inminente aterrizaje, están pegados en sus párpados...
Quizás sabe que alejará sus pasos transpirando temores, porque lo ha hecho ya... saboteando la trama de la historia... manoseando su destino a su propio antojo, el saboreada repelencia a la palabra aquella con A..r (es lo más seguro, lo más real, y digámoslo, lo más fácil).
O quizás volverá a reír ... o tal vez, en un vuelco inesperado se gire sobre sus talones, y se devuelva a algún lugar del mundo (cómo siempre tan impredecible) en su acostumbrada ruta de caras misceláneas- y la vida seguirá siendo buena aún. Muy aceptado el trato que firmó, hace algún tiempo atrás... Disfrutando la vida con la compañía de su guitarra, su voz, sus amigazos, una vieja melódica y algunos vicios por ahí. Siendo de todos modos feliz, con los detalles que la vida le deja por escrito todas las mañanas en su puerta. Esa tan impredecible, entretenida, (
Dame una señal.
