Arde dentro del corazón (dentro del poquito que queda).
Pero está sequito, chiquitito. Acabas de absorver la última gota de esperanza. La consumiste como el fuego.
me cuesta creer que sea posible jugar con la gente. Pero es necesario entender que con un corazón no se juega. Que por más que extrañe tus manos en mi cintura, tus susurros en mi cuello, tus cosquillas bajo las sábanas. Tu respiración al dormir, tu calma al dormir. Tus llamadas inesperadas, tus espontaneidades, tus enojos, tus tristezas, tus secretos, que confiaras en mí MÁS QUE NADIE....
Me duele que no estés mas, es demasiado... (Que mierda pasó Bastián).
Ni mil ni un lunas podrán amarte así como yo.