Ella era diferente.
Para algunos especial, para algunos peculiar, y única para otros.
Ella era simplemente ella. Y su mundo era lo más maravilloso de la vida.
Aquella pequeña niña y mujer a la vez era lo más curioso para los ojos ajenos en el rostro de las personas, pero lo más bello para la humanidad.
Y un día quiso ver más allá.
No eran muchas sus pertenencias, más sabía que era lo mejor que la vida le pudo dar, lo mejor de lo mejor.
Era un sol, una sonrisa, muchas risas, un girasol, una alegría, un recuerdo y sobre todo, el ser ella misma.
Y era optimista, estaba completa. Aunque siempre lo fue, notarlo fue el dilema en realidad.
Que les puedo decir, era una chica única.
Ella, era lo que le faltaba a otros.
Ella, era su sonrisa, en días de llantos.