Acabo de llegar de Santiago, mi futuro hogar.
En realidad siempre lo ha sido, pero ahora será ofical.
En cuanto a eso, aún no sé que desición tomar....
Pero no quiero hablar de eso ahora.
El motivo de mi viaje fue el 98 cumpleaños de mi bisa abuela. Sorprendente no?
Jamás me había detenido a escucharla, sin embargo, ésta vez me hablaba deseosa por expresar mil cosas, supongo que no mucha gente la escucha. Pero imagínense cuántas cosas habrá vivido, cuántas experiencias y sin nadie a quién contarle.
Hubieron bastantes lágrimas, recordando el cumpleaños de mi tío (que por cierto falleció como hace un año). Y bastantes encuentros.
Y por Dios que los viajes me dan tiempo de pensar. Sobre todo sobre mi vida sentimental, últimamente.
Mi intención no es alardear, pero tantas oportunidades que se me han presentado y no, ahí estoy yo tratando de alacanzar el último peldaño, tratando de alcanzar la manzana que está más alta, y ¿Saben que es lo peor de todo?
Es que sé que estoy trantando de alcanzar lo inalcanzable.
Y como dice la canción: Como deshacerme de tí si no te tengo, como alejarme de tí si estás tan lejos.
Ya ha pasado algo de tiempo, pero aún duele...
Y cómo diría mi querida Amaia, son "Deseos de cosas imposibles".
Igual que el mendigo cree que el cine es un escaparate,
igual que una flor resignada decora un despacho elegante,
prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño
y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo,
procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso,
un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver,
reduciendo estas palabras a un trozo de papel.
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo a tí.
Pd: [Pero ya no quiero que duela más. Aclamo no más idilios!]